Nuevamente debate por diversificación productiva, algunos que ahora exigen, hace tres décadas promovieron el modelo neoliberal, permitiendo libre importación de manufacturas, cuando teníamos una pujante industria, regresando a predominantemente exportador de minerales y productos sin procesar.

La industrialización empieza fines del siglo XIX e inicios del XX, ayudados por un tipo de cambio favorable con moneda de oro. Se implementan primeras industrias, con oposición de la oligarquía terrateniente en el poder, que prefería reducirnos a productores de materias primas.

La industria con marchas y contramarchas, tuvo en los años 40, en el gobierno de Bustamante, un pequeño empujón, boicoteado por la dictadura oligárquica de Odría. Vienen luego leyes tibias de promoción industrial, fines del 50 y 60, con la sustitución de importaciones. En un contexto de crisis económica y política, empobrecimiento campesino, ampliación de ciudades y demanda interna de manufactura, se implementa la ley de industrias con la dictadura militar Velasquista. Buscando frenar la efervescencia social e implementar por la fuerza un programa de reformas burguesas de sectores altos de la burguesía peruana. Fracasa por excesivo proteccionismo, subsidios indefinidos y no promover competitividad. La industria se desmonta los 80 con Belaunde, García y el ajuste de Fujimori los 90, abriéndose la libre importación de productos producidos aquí y regresando a ser exportador de materias primas, con modelo neoliberal y constitución incluida.

Este modelo se agotó, trajo desocupación y empobrecimiento. Requerimos una industria sostenible, para ello, necesitamos cambiar o readecuar la constitución, una ley de industrias que promueva incentivos a competitividad, innovación, articulación de empresas con enfoque de clúster. Priorizando sectores claves, desarrollados las últimas décadas sin apoyo: la industria textil-confecciones, calzado, madera-carpintería, agroindustria, siderurgia, construcción, energética, metalmecánica e industria digital. Todas ellas generan empleo y pueden dinamizar más la agricultura, comercio, turismo y gastronomía. Hagamos el cambio.